Roberto Bazo camina por las calles empedradas del centro histórico de Alcalá de Henares con los bolsillos llenos de ideas y los ojos encendidos por una pasión que no conoce horarios. A los 43 años, este chef nacido en Madrid lleva consigo una herramienta tan antigua como poderosa: lápiz y papel. No importa el momento ni el lugar, cuando la inspiración llega, Roberto la atrapa. «Necesito plasmar mis ideas cuando surgen», confiesa con esa sonrisa que delata a los verdaderos apasionados. Y es que la creatividad de Roberto no entiende de horarios.
En un mundo donde la gastronomía a menudo se ha vuelto elitista y distante, Roberto Bazo aparece como un viento fresco que recuerda que la verdadera cocina nace del corazón, no del ego. Su propuesta no es solo una tendencia, es una filosofía de vida que demuestra que la excelencia y la accesibilidad pueden bailar juntas.
Con su papel y lápiz siempre listos, con sus ojos brillando de pasión y con sus manos creando magia, Roberto Bazo está escribiendo el futuro de la gastronomía española. Y ese futuro, definitivamente, sabe a calle, a vida y a sueños cumplidos.
El mundo en un plato
Para Roberto Bazo, cocinar es contar historias. Cada plato es una página en blanco donde plasma no solo sabores, sino emociones, recuerdos y por qué no, sueños. Su cocina se nutre de sus viajes, de esas experiencias que colecciona como otros coleccionan recuerdos. Dentro y fuera de España, ha ido tejiendo una red de sabores que ahora explota en creaciones que desafían las expectativas.
«Con mis platos pretendo divertir y hacer de una comida, toda una experiencia para el comensal», explica mientras sus ojos brillan con esa pasión que es imposible fingir. Y es que cuando Roberto cocina, no solo alimenta el cuerpo, alimenta el alma.
Su cocina es un mapa de sabores donde convergen todos los lugares que ha recorrido. «Mi cocina auna toda esa experiencia a través de la gastronomía de todos esos lugares que he recorrido, mezclando toques asiáticos y latinos con la identidad mediterránea. Un guiño a esos lugares que he recorrido».
Es la globalización hecha sabor, es el mundo entero sirviendo en un plato madrileño, es Roberto Bazo convirtiendo cada comida en un viaje sin salir de la mesa.
La revolución silenciosa de un Chef
Roberto Bazo ha conseguido algo que muchos chefs buscan pero pocos logran: democratizar la excelencia. Su concepto de «alta cocina a pie de calle» no es solo una frase emotiva, es una revolución silenciosa que está cambiando la manera en que entendemos la gastronomía.
«Mi cocina se define por la pasión y cariño que pongo en la cocina. Transmitir algo que sea divertido y siempre, tratando de sorprender con toques de vanguardia, innovando, jugando con ese concepto de alta cocina a pie de calle, que para mí es super importante, llegar a todo el mundo, porque se pueden hacer las cosas bien si quieres con cosas bastantes sencillas, no tenemos que irnos a tanta parafernalia», reflexiona con la sabiduría de quien ha encontrado su propósito.
Cuando la tradición se viste de vanguardia
El repertorio culinario de Roberto Bazo es un universo en constante expansión, donde cada creación nace del diálogo entre lo ancestral y lo contemporáneo. Estas son solo algunas de sus últimas creaciones, platos donde la tradición y la innovación van de la mano, bailando al ritmo de una creatividad que no conoce límites. En cada una de estas propuestas, el chef demuestra que respetar el pasado no significa quedarse anclado en él, sino utilizarlo como trampolín hacia nuevas experiencias gastronómicas, con la tradición como base.
Falsa tortilla de patatas
Imagina la tortilla de patatas más famosa de España. Ahora olvídala. Roberto Bazo la ha reinventado y la llama «falsa tortilla de patatas», un nombre que es toda una declaración de intenciones.

«Huevo a baja temperatura de 64,5 grados en su cáscara. Lo que hacemos es emulsionar el huevo con patata y la cebolla pochadas. Como resultado, tenemos una crema de tortilla de patatas con una textura que tienes que descubrir por ti mismo», explica con la precisión de un científico y la pasión de un artista.
Es la tradición española pasada por el filtro de la innovación, un guiño cómplice a la tradición con el que el chef revoluciona sus recetas.
Steak tartar con aroma a bosque mediterráneo
En las manos de Roberto, el steak tartar trasciende su origen para convertirse en un poema mediterráneo. «Lo picamos a cuchillo, solo dos pasadas, con nuestro anillo. Le damos un toque ahumado con aroma de bosque mediterráneo», describe como quien pinta un cuadro con palabras.

Cada bocado es un viaje sensorial que transporta al comensal a esos bosques españoles donde el romero y el tomillo se entremezclan con la brisa marina.
El brioche que abraza los corazones
Si hay un plato que define la filosofía de Roberto Bazo, es su brioche de carne de vaca. No es solo comida, es un homenaje viviente: «Un homenaje a esa gente que trabaja en la calle. Esa gente que con un puestecito y mucho cariño nos da tanta felicidad».

La preparación es un ritual que requiere paciencia y amor: brioche de carne asada durante 72 horas, mahonesa de ajo asado con un toque picante y lombarda encurtida en cítricos. Pero lo más importante, según Roberto, es la experiencia: «Es importantísimo comerlo con las manos, es super importante».
Es la alta cocina bajando a la calle, es la sofisticación que se vuelve accesible, es Roberto Bazo en estado puro.
Costilla de vaca a baja temperatura
Dieciocho horas. Ese es el tiempo que Roberto dedica a su costilla de vaca, cocinada a baja temperatura con una paciencia que solo poseen los verdaderos maestros. «Terminada con una salsa de reducción de jugo de hueso y verduras que marida unos seis días aproximadamente. Muy aromática, muy tierna y hecha con mucho mucho cariño».

Seis días de marinado, dieciocho horas de cocción lenta. Es el tiempo convertido en sabor, es la paciencia transformada en placer.
La galta que cuenta historias
La galta de ternera con salsa barbacoa de cerveza negra es otro ejemplo de cómo Roberto convierte cada plato en una narrativa: «Carrillera de ternera con salsa barbacoa maridada con cerveza negra, por darle un toque diferente y original para seguir contando una historia a través del plato».

Cada creación es un capítulo en el libro gastronómico de Roberto, donde los sabores son palabras y los platos son frases que tocan el corazón.
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Bendita Vermut: El laboratorio
Hoy, Roberto Bazo ha encontrado su hogar gastronómico en el restaurante «Bendita Vermut», ubicado en el corazón del centro histórico de Alcalá de Henares. En esta ciudad complutense, cargada de historia y tradición universitaria, el chef ha establecido su laboratorio de sabores donde la innovación dialoga con siglos de cultura española.
En «Bendita Vermut», Roberto continúa perfeccionando su concepto de alta cocina accesible, rodeado de las piedras centenarias de Alcalá de Henares que parecen susurrar historias de otros tiempos. Es el lugar perfecto para un chef que entiende que la tradición y la vanguardia no son enemigas, sino cómplices en la creación de experiencias gastronómicas únicas.
Aquí, entre las calles que vieron nacer a Cervantes, Roberto Bazo sigue escribiendo su propia historia, un plato a la vez, una sonrisa a la vez, una experiencia a la vez.
Porque al final, la mejor cocina no es la que impresiona, sino la que emociona. Y Roberto Bazo ha hecho de la emoción su ingrediente secreto.